La cafeína es una sustancia química que se encuentra de forma natural en ciertas plantas, como el café, por supuesto, pero también el té, el cacao, el guaraná y el mate. Es consumida por más del 90% de la población mundial, en forma de bebidas, alimentos o complementos alimenticios. La cafeína es más conocida por su efecto estimulante sobre el sistema nervioso central, que reduce la fatiga, aumenta el estado de alerta y la concentración y mejora el estado de ánimo. Pero la cafeína también tiene otros efectos menos conocidos, que pueden ser beneficiosos o perjudiciales en función de la dosis, la frecuencia de consumo y la sensibilidad individual. ¿Cuáles son los beneficios de la cafeína para el organismo? ¿Y cuáles son los efectos negativos de un consumo excesivo? Todas las respuestas están en este artículo.
La cafeína mejora el rendimiento físico:
La cafeína tiene una serie de efectos positivos en el organismo, si se consume con moderación y precaución. Para empezar, la cafeína mejora el rendimiento físico. Aumenta la fuerza muscular, la resistencia y la coordinación. También reduce la percepción del esfuerzo y del dolor. Favorece la movilización de las grasas como fuente de energía, lo que preserva el glucógeno muscular y retrasa la fatiga. Por último, estimula la termogénesis, es decir, la producción de calor por el organismo, lo que aumenta el gasto energético y puede ayudar a perder peso.
La cafeína protege el cerebro:
Previene el deterioro cognitivo relacionado con la edad mejorando funciones cerebrales como la atención, la memoria, el razonamiento y la creatividad. También reduce el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, al proteger las neuronas del estrés oxidativo y la inflamación. También favorece la neurogénesis, es decir, la formación de nuevas neuronas, y la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para remodelarse en respuesta a la experiencia.
La cafeína y la diabetes de tipo 2:
Mejora la sensibilidad a la insulina, la hormona que regula los niveles de azúcar en sangre. También reduce el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, un factor de riesgo de la diabetes de tipo 2. Ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre en ayunas y después de las comidas, al ralentizar la absorción de hidratos de carbono en el intestino. También modera el apetito, lo que puede ayudar a prevenir la obesidad, otro factor de riesgo de la diabetes de tipo 2.
La cafeína reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares:
Tiene un efecto vasodilatador, lo que significa que dilata los vasos sanguíneos y mejora la circulación de la sangre. También tiene un efecto antiagregante, que impide que las plaquetas de la sangre se aglutinen y formen coágulos que pueden obstruir las arterias. Además de su efecto antiagregante, tiene un efecto antioxidante, lo que significa que protege las células del estrés oxidativo, que está implicado en el desarrollo de la aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias. Por último, su efecto antiinflamatorio reduce la producción de citoquinas, las moléculas que favorecen la inflamación.
La cafeína reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares:
Tiene un efecto vasodilatador, lo que significa que dilata los vasos sanguíneos y mejora la circulación de la sangre. También tiene un efecto antiagregante, que impide que las plaquetas de la sangre se agrupen y formen coágulos que pueden obstruir las arterias. Además de su efecto antiagregante, tiene un efecto antioxidante, lo que significa que protege las células del estrés oxidativo, que está implicado en el desarrollo de la aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias. Por último, su efecto antiinflamatorio reduce la producción de citoquinas, las moléculas que favorecen la inflamación.
La cafeína alivia los dolores de cabeza:
Tiene propiedades analgésicas, por lo que ayuda a reducir el dolor. También tiene propiedades vasoconstrictoras, lo que significa que contrae los vasos sanguíneos del cerebro, aliviando las cefaleas tensionales y previniendo las migrañas. Por último, potencia el efecto de analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno, al aumentar su absorción y biodisponibilidad.
Desventajas y riesgos de la cafeína:
La cafeína no está exenta de peligros si se consume en exceso o de forma inadecuada. En primer lugar, cuando se consume en exceso o antes de acostarse, la cafeína puede provocar insomnio. Altera el ciclo del sueño, retrasando su inicio y reduciendo su calidad. Esto se debe a que la cafeína reduce la producción de melatonina, la hormona que regula el ritmo circadiano. Y eso no es todo: si se consume en exceso, la cafeína también puede provocar ansiedad. Aumenta la producción de adrenalina, la hormona del estrés que prepara al organismo para hacer frente a una situación peligrosa, así como la producción de cortisol, la hormona del estrés crónico que mantiene al organismo en alerta máxima.
Cuidado con la adicción. La cafeína activa el sistema de recompensa del cerebro aumentando la liberación de dopamina, un neurotransmisor que proporciona placer y motivación. Esto crea una adicción, una adaptación del cerebro a la presencia de la sustancia, que requiere dosis cada vez más altas para obtener el mismo efecto. También provoca síndrome de abstinencia, es decir, una reacción de retirada cuando se deja de tomar la sustancia, que se manifiesta por síntomas como fatiga, depresión, irritabilidad, dificultad para concentrarse, etc. Por último, aunque la cafeína potencia el efecto de los analgésicos al aumentar su absorción y biodisponibilidad, también puede interactuar con otros fármacos, como antidepresivos, anticoagulantes, antibióticos, diuréticos y anticonceptivos orales, alterando su eficacia o toxicidad.
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